Nuestro niño interior.
Todo lo que nos ha sucedido en nuestra infancia, nos deja una huella, nos marca y nos condiciona; consciente o inconscientemente. Un vez que una experiencia nos condiciona, y la repetimos varias veces, pasa a ser un patrón de comportamiento que nosotros creemos que es nuestra forma de ser , cuando en realidad es un condicionamiento. Todas las experiencias que tenemos dejan su influencia en nosotros y de lo que va depender es de las emociones y sensaciones físicas asociadas a dicha experiencias.
Las emociones que sentimos, los impulsos que nos llevan a tener determinados comportamientos , la forma en la que explicamos lo que sentimos y hacemos, nuestras necesidades, deseos, frustraciones, conflicto, nos condicionan. Van dejando una forma de ver la vida, de experimentarnos a nosotros mismos y a los demás, y hacen que desarrollemos un determinado tipo de personalidad o sistema defensivo y/o protector o máscara que nos ayudará a defendernos de las influencias del entorno.
Cuando nos propones adentrarnos a nuestro mundo interior y tomar consciencia, estamos tocando lo más profundo de nuestro ser, nuestra esencia, nuestro Niño Interior, nuestro auténtico ser, nuestro origen y también nuestra conexión con Dios (el ser superior, la fuente divina, o como cada quien lo quiera llamar). Navegar hacia nuestro interior nos da miedo porque tememos que nos vamos a perder en un mundo de emociones muy intensas, de las que no vamos a poder salir. Estas emociones son el producto de los recuerdos de nuestra infancia que están en nuestros inconsciente y muchos de ellos pueden ser dolorosos y nos da pánico lo que nos pueda pasar.
"Nuestro niño interior es: nuestro auténtico ser, nuestro yo verdadero, nuestro potencial espiritual o divino, nuestra parte herida, que puede tener manifestaciones negativas que no queremos aceptar".
EL niño interior representa lo bueno, bondadoso, alegre, creativo; también puede ser una parte dolida, rencorosa, vengativa, triste dependiendo de lo que se ha recibido de nuestros padres y el entorno en el que se haya desarrollado. El niño interior, como el adulto interior es el resultado de las experiencia vividas desde el momento de la concepción.
Es importante resaltar que no somos nuestro cuerpo ni nuestra mente. A nivel mental tenemos tres partes: el superconsciente, que es nuestro lado espiritual; el consciente, que es nuestro intelecto; y el subconsciente (nuestro niño interior), que almacena nuestras memorias y emociones, como si fuera una computadora. Nuestra mente consciente reconoce algunas de nuestras memorias, pero hay otras que están enterradas en lo más profundo de la mente subconsciente. Tus circunstancias y experiencias vitales son puros reflejos de memorias, acciones y pensamientos pasados, que son desencadenados y activados por situaciones y personas actuales.
Al tomar consciencia de nuestro niño interior, al hablarle mentalmente como si estuviéramos hablando con un niño pequeño, y asegurarle que no lo vamos abandonar y decirle cariñosamente, cuando sea necesario:" estás bien, estamos juntos en esto, no hay nada de que preocuparte, por favor suelta".
Algunas
afirmaciones que podemos utilizar son:
- Tus necesidades son importante.
- Te quiero voy estar siempre contigo.
- No eres responsable de tu padre/o madre.
- Está bien que estés asustado cuando haces cosas nuevas.
- Te quiero y te estimo.
- Está bien que averigües quién eres.
- Amo quien eres.
- No eres responsable de los problemas familiares.
Recomiendo el libro de Victoria Cadarso, con su libro Abraza a tu niño interior, nos enseña con herramientas maravillosas y muy sencillas a sanar nuestros bloqueos de la infancia y el libro Zero Frequency de Mabel Katz.
Comentarios
Publicar un comentario